Por pedido de nuestro Obispo, Mons. Oscar Sarlinga, se hicieron presentes en tanto colaboradores directos en la pastoral familiar de Campana, Sergio y Laura Pandiani, el Pbro. Hugo Lovatto, y asimismo en dicho encuentro expuso nuestra condiocesana, y miembro de la pastoral familiar diocesana la Sra. Sussel Demarco de Barriola, cuya presentación incluimos en este escrito.
Junto con el informe que sigue, presentado por el Lic. Sergio Pandiani, nuestro Obispo ha recordado profundizar y poner en obra nuestro Plan Pastoral diocesano, que al respecto de la pastoral familiar, en el capítulo IV (Fermento eucarístico en el mundo y promoción del laicado), en los números 3 y 4, traza orientaciones precisas al respecto:
“Siendo la familia la pequeña Iglesia doméstica donde los padres, mediante la palabra y el ejemplo, transmiten los valores de la fe y las fundamentales reglas de convivencia entre los hombres, se convierte en una auténtica escuela de humanidad. Cumpliendo su vocación y misión puede educar en las virtudes el corazón de los hijos. Aun golpeada, la familia sigue siendo un ámbito de contención y apoyo ante el dolor de sus miembros.
"La Nueva Evangelización requiere destacar la centralidad de la familia y desplegar una pastoral familiar que sirva de ayuda en la fragilidad, a la vez que anime programas y proyectos en orden a una acción preventiva y educativa. Esto se orienta a que los esposos vuelvan a fortalecer sus lazos afectivos y existenciales, y así, recuperando la autoridad moral, transmitan a sus hijos la fe cristiana y los valores fundamentales, mediante el lenguaje y los gestos domésticos del amor y la sencillez. Para ello será necesario implementar caminos de seguimiento evangelizador a los padres que llevan sus hijos a bautizar, y afianzar las diversas formas de catequesis familiar. Ante un clima de violencia generalizado, que suele comprometer la misma estructura familiar, se habrá de velar para que siga siendo el lugar más apto donde educar en la pasión por la paz"(38).
4. Acciones destacadas para una Pastoral Familiar diocesana
a. PROMOCIÓN DEL SERVICIO DEL YA EXISTENTE SECRETARIADO DIOCESANO DE PASTORAL FAMILIAR, en aras de una PASTORAL FAMILIAR ORGÁNICA. En este sentido, la propuesta es la siguiente: Fortalecer el eje Secretariado de Pastoral Familiar Un aspecto que funciona, en este sentido, es la preparación inmediata al matrimonio, esto es, los cursillos prematrimoniales (CPM), que se aconseja se realicen a nivel decanal, o por lo menos a nivel de una entera ciudad. Es una actividad que permite establecer contacto con muchas personas que se casan, algunas de las cuales pueden estar interesados en una formación posterior más profunda. El grupo de matrimonios que organice el cursillo será fermento de esta pastoral en sus respectivas parroquias. Serán importantes en este servicio pastoral las ASOCIACIONES DE FIELES Y MOVIMIENTOS QUE TENGAN POR FINALIDAD ESPECÍFICA LA PASTORAL FAMILIAR.
b. Mejora de la información, comunicación y coordinación de los servicios diocesanos. Es labor del Secretariado informar a todas las parroquias sobre aquellos elementos que puedan ayudar de forma directa o indirecta a las familias en la buena construcción de su hogar. Muchos de estos servicios se pueden prestar en el ámbito del Decanato, promoviendo así la comunión y el servicio subsidiario entre las parroquias.
c. PREPARACIÓN AL MATRIMONIO O CURSOS PREMATRIMONIALES. Directamente relacionado en el punto anterior, éste se refiere a "La preparación de novios al matrimonio", desde las distintas modalidades propuestas por el Secretariado. Ha de contener: Formación familiar para jóvenes; Acompañamiento para casos difíciles; "Retiros" o "Convivencias familiares"; Profundización en su propia formación como agentes de pastoral; Temas sobre matrimonio y familia; sobre educación afectivo-sexual; Temas sobre reconocimiento de la fertilidad y métodos de regulación aceptados por la Iglesia.
d. CURSOS PREBAUTISMALES. Toda parroquia debiera tenerlos, pero donde no exista el equipo de laicos preparados a nivel parroquial, ha de procurarse que el nivel decanal ofrezca ese serivicio.
e. Puesta en valor de los MOVIMIENTOS Y ASOCIACIONES DE FIELES DEDICADOS A LA PASTORAL FAMILIAR. Lejos de toda división, competencia o protagonismo exclusivo, pónganse los Movimientos y asociaciones de fieles que se dedican a la pastoral familiar, al servicio de las parroquias para la implementación de los servicios pastorales antes mencionados, y ténganlos en cuenta los curas párrocos para integrar a dichas asociaciones y movimientos en su parroquia, que por ser «comunidad de comunidades» puede y debe integrarlos, en la medida de la conveniencia pastoral”.
INFORME DE LA PARTICIPACIÓN DIOCESANA EN EL ENCUENTRO NACIONAL
Durante el fin de semana pasado, 1, 2 y 3 de Abril, se desarrolló el encuentro de la Junta Nacional de Pastoral Familiar, en un espacio de comunión fraterna en el que reflexionamos sobre la atención al vínculo de amor entre varón y mujer y el cuidado y promoción de la vida humana, bajo el lema: “Cuidar en família la vida y el amor: la mejor tarea”. El encuentro se realizó en la Casa Nazaret (Carlos Calvo 3121, Buenos Aires).
Organizadas por el Secretariado nacional para la Familia, las jornadas son “un espacio anual en el que se reúnen representantes y delegados de diócesis, movimientos y organizaciones que trabajan en el acompañamiento y fortalecimiento de la realidad familiar argentina”.
En esta oportunidad, se reflexionó sobre la atención al vínculo de amor entre varón y mujer y el cuidado y promoción de la vida humana, sobre la base del documento “Aportes para la Pastoral Familiar de la Iglesia en la Argentina”.
Acompañaron el desarrollo del encuentro, los obispos Gustavo Help, de Venado Tuerto, y Oscar Ojea, coadjutor de San Isidro, además disertarán el sacerdote Carlos Avellaneda y el licenciado Alberto Berro.
Durante el año 2010 se realizaron encuentros regionales de esta pastoral específica en las regiones Buenos Aires, Centro, NEA (Nordeste Argentino), NOA (Noroeste Argentino) y Litoral, cuyas experiencias servirán para enriquecer la Junta Nacional de Pastoral Familiar 2011
Estuvieron presentes los obispos de Venado Tuerto y Bahía Blanca, una decena de sacerdotes, entre los cuales el P. Hugo Lovato, sumados a la presencia y participación con gran entusiasmo, de más de un centenar de delegados, que representaron a la pastoral familiar de las distintas diócesis del país, movimientos y asociaciones vinculados a ella.
Durante el encuentro reflexionamos distintas exposiciones, en primer término el matrimonio de María Celia y Juan Agustín Pérez Campos sobre el tema: “Dios los creó varón y mujer”, dando una visión antropológica. En la mañana del sábado también diserto el sacerdote Carlos Avellaneda sobre la “Atención al vínculo de amor de los esposos”, por la tarde la reflexión estuvo a cargo de Monseñor Oscar Ojea, obispo coadjutor de San Isidro, sobre el tema “Cuidar la vida, la mejor tarea”.
Hacia la tarde noche se compartieron los Informes de los movimientos que promocionan la vida humana: GRAVIDA, REDINFA, FUNDACION CONIN, CASA DE NAZARET, ADULTOS MAYORES (donde expuso la Sra. Sussell Demarco de Barriola, miembro del consejo pastoral diocesano).
La Celebración Eucarística fue el momento especial de la jornada. También se vivieron las experiencias de matrimonios argentinos en el mundo: sobre separados en nueva unión, en Bogotá; y consultoría familiar, en Roma.
El domingo siguió la tarea con la disertación del Lic. Alberto Berro “Como irradiar la Buena Nueva de la vida y el amor en estos tiempos de transición cultural”. Luego se realizo el Taller sobre este tema, la evaluación, conclusiones y cierre con la Celebración Eucarística.
DEFENSA DE LA VIDA (MIRADA DESDE LOS ADULTOS MAYORES)
En este año litúrgico, Benedicto XVI nos ha convocado a vivir un “año de la Vida”. Es una invitación a responder con disponibilidad el derecho inalienable de la dignidad humana.
Desde la concepción hasta su término natural, protegiendo el derecho a la vida, a la libertad, a la felicidad, sobre todo a los más necesitados. Sería una incongruencia luchar por el no-nacido y abandonarlo luego en cualquier etapa de la vida. Asegurar la educación, proveerlo de vivienda, proporcionarle trabajo, protección familiar, cuidar su salud, proporcionar jubilaciones y pensiones.
Las personas mayores, esta es mi mirada, somos llamadas a trabajar en la viña del Señor con y para los mayores, sin descuidar las relaciones intergeneracionales, sin descuidar los valores en los que fuimos formados.. Debemos llenar los ambientes de afecto, comprensión, tolerancia para así, trabajar por la unión y la paz.
Revertir la falta de atención, el abandono, la soledad, en luces que hagan brillar el amor misericordioso de Dios.
El mayor necesita que se lo escuche, que se respeten sus tiempos, que se revaloricen sus experiencias, pero se, también, que el mayor ofrece su tiempo, su oreja, su solidaridad, su paciencia, su alegría.
En algunos pueblos, la ancianidad tiene gran estima y aprecio, en otros lo es mucho menos pues se pone en primer término la utilidad y la productividad del hombre. Por esta actitud, la 3ª. O 4ta. edad es infravalorada y puede inducir a los ancianos a sentirse inútiles. Por desgracia, se llega a proponer con creciente insistencia la eutanasia –considerada provocación directa de la muerte- como solución a problemas difíciles.
Más allá de las intenciones y las circunstancias la eutanasia sigue siendo una violación a la ley divina, una ofensa a la dignidad humana.
La iglesia defiende la vida desde los albores hasta la muerte natural.
La persona mayor puede y debe ofrecer una valiosa aportación al Evangelio de la vida, gracias a la experiencia adquirida; puede y debe ser transmisora de sabiduría, testigo de esperanza y caridad.
Aunque los tiempos cambien, hay todo un pasado lleno de tradiciones, opciones profesionales, fidelidad religiosa que hacen que existan relaciones privilegiadas entre los abuelos y los nietos.
Aprovechemos el potencial humano que representan los mayores: sabiduría, experiencias, consuelo, ayuda.
Es evidente que es necesario restituir a la familia la atención primaria en el marco de la atención pastoral.
C.Vat. II menciona en Gadiun et Spes 52: “La familia, en la que distintas generaciones coinciden y se ayudan para armonizar los derechos de las personas con las exigencias de la vida social, constituye el fundamento de la sociedad”.
Busquemos caminos que respeten la vida del niño, acentuando fundamentalmente la educación sexual dirigida al amor y a la responsabilidad.
No nos acostumbremos a ver la miseria, chicos pidiendo, gente durmiendo en la calle, revolviendo basura, discapacitados maltratados, jóvenes explotados. Recuperemos la mirada, reivindiquemos nuestra condición humana basada en la bondad y la solidaridad.
La defensa de la vida está en la caridad de los mayores que trabajan o cuidan otros abuelos o a niños, voluntariamente. Caridad que significa compromiso serio, constante, transformador
La defensa de la vida se trasluce también en la profundización del amor conyugal, ennoblecido por una larga e ininterrumpida fidelidad, la disponibilidad de poner la bondad acumulada y las energías que quedan al servicio de los demás
Cuando hay amor, cuando no se busca el bien personal, sino el bien comunitario, se es capaz de transformar la realidad y esto se obtiene con el compromiso
Sobre esto, quisiera que escuchen esta historia:
A principios del año 2010, el mundo se conmovió con el terremoto que afectó Haití y los miles de víctimas que produjo. Entre estas víctimas hubo un grupo de oficiales brasileños que formaban parte de las fuerzas de paz de la ONU, entre ellos, una mujer, médica pediatra y sanitarista, coordinadora de la Pastoral del niño. Ofrendó su vida, Zilda Arns, de 75 años, dedicada a la actividad incansable de programas de acción social a favor de mujeres gestantes y niños pequeños mas desfavorecidos.
Su trabajo en la concientización de madres sobre su papel central en la educación de los hijos, visitas a las familias, recuperación de desnutridos. llena su biografía rica en premios, trabajos pastorales, su herencia es el
ejemplo de que es posible cambiar el perfil de una sociedad con acciones solidarias comunitarias o voluntarias.
La iglesia pide y espera que sepamos continuar la misión apostólica y misionera que, a nuestra edad, se convierte en original y específica como “testigos”de la tradición de la fe.
Susell Demarco de Barriola
3 de abril 2011-03-30
Bibliografía: El Papa a los mayores (Benedicto XVI – Juan Pablo II – Pablo VI)
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