Este domingo
26 de mayo, en la solemnidad de la Santísima Trinidad, tomó posesión
de su oficio pastoral de cura párroco de la Exaltación de la Cruz el
Pbro. Pablo Iriarte, quien fue puesto en su cargo por el Obispo
diocesano de Zárate-Campana, Mons. Oscar Sarlinga.
La parroquia
de la Exaltación de la Cruz es una de las más antiguas de la provincia
de Buenos Aires, y surgió como una vice-parroquia desprendida de la
parroquia-madre de San Antonio de Areco. A la vez, la primera capilla y
vice-parroquia dio origen al poblado, y actual pequeña y bella ciudad.
Actualmente en el partido de Exaltación de la Cruz existen dos
jurisdicciones parroquiales, la misma llamada del “Cristo de la
Exaltación de la Cruz” en la ciudad cabecera de Capilla del Señor (que
abarca también las capillas de Parada Robles y la nueva de Jesús
Misericordioso) y la de la Sagrada Familia, en Los Cardales (parroquia
compartida entre los partidos de Exaltación de la Cruz y Campana).
También incluye varios pueblos internos al partido, tales como Chenaux y
Diego Gaynor, donde se cuenta con la capilla de San Cayetano, y otros.
A la
ceremonia, presidida por Mons. Oscar Sarlinga, asistieron familiares
del nuevo cura párroco, entre ellos su hermana y su hermano, y
numerosos amigos y feligreses de Campana y otras ciudades, pues el
Padre Iriarte hasta ahora se desempeñaba como capellán interno de la
iglesia catedral de Santa Florentina, y asimismo como delegado para la
pastoral carcelaria y capellán de la unidad carcelaria de Baradero
(encargos en los que continúa su misión). Se vio numeroso clero
presente, entre los cuales el provicario general, Mons. Santiago
Herrera, el párroco saliente, Pbro. Walberto Morales (quien pasa con
carácter de “capellán castrense” a dicho ordinariato y comienza su
misión en la provincia de Córdoba) y el decano de Pilar (del que forma
parte Capilla del Señor) el Pbro. Oscar Iglesias, entre otros. También
asistieron para acompañarlo numerosos diáconos permanentes, así como el
diácono en camino al sacerdocio, Francisco Liaudat, adscripto a la
iglesia catedral. También seminaristas, feligresía de la parroquia,
amigos y compañeros de las distintas parroquias diocesanas, amigos y
compañeros del ámbito de la psicología, pues el Padre Pablo Iriarte es
licenciado en psicología por la Universidad del Salvador, y asimismo ha
realizado numerosos cursos de postgrado. No faltó la presencia de
voluntarios de la pastoral carcelaria, y por parte del Municipio se tuvo
la presencia oficial del secretario de cultura del mismo, no
pudiéndose hacer presente ese domingo el Sr. Intendente, quien envió al
mencionado representante.
La homilía de Mons. Oscar Sarlinga
se centró en torno a un eje temático que incluyó a “la analogía
psicológica” que hace San Agustín acerca de la Santísima Trinidad, al
contenido del Ángelus del Papa Francisco de esa misma mañana, en la que
instó a ver la Trinidad en el Rostro de Cristo, y a una reflexión sobre
la espiritualidad del Rostro de Cristo, y de la “mirada” desde una
perspectiva “ignaciana” para lo cual aprovechó de una efigie del rostro
de Cristo esculpida en uno de los espléndidos altares laterales de la
iglesia. Dijo que de la mirada surge “el yo profundo”, y desde allí
mencionó que si bien era propio de saber el catecismo el tener una
mirada “teológica” sobre la Trinidad, no menos es una mirada
“existencial” en nuestras vidas, que parta desde la perspectiva de
contar nosotros “con la imagen de Dios en el hombre” y llegue hasta
nuestra vida cotidiana, nuestro “caminar existencial”, nuestro
“proactivo obrar”, nuestro “mirar hacia adelante”, añadiendo que una
parroquia, como “comunidad de comunidades” -conforme a lo dicho en el
Documento de Puebla- “ha de integrar, respetando las legítimas
diversidades, potenciar, evangelizar, poner en obra la célebre tríada
“culto-catequesis-caridad con dimensión social” y sobre todo -añadió-
por participación de lo divino que Dios nos da por su gracia, el
“diseñar, construir y arquitecturar” un humanismo realmente cristiano,
trascendente, integral, solidario, que genere la anhelada inclusión, de
manera que “toda Exaltación de la Cruz” camine a convertirse en
“familia de Dios y Casa de todos”. Dijo también que la gracia de contar
con ese “Cristo crucificado”, mucho más allá que el valor artístico
(que no es menor, por ser de la escuela del Cano, el escultor del rey
Carlos III, que dotó de no poca imaginería religiosa a la Basílica del
Pilar, en Buenos Aires), era la gracia de “la espiritualidad del
Corazón crístico, pastoral, y de la espiritualidad de las llagas”, pero
-acotó- no era el momento para referirse puntualmente a eso en la
homilía. “Se lo dejo para una reflexión y para una profundización, que
nos lleve a ver cómo podemos trasuntar esa espiritualidad en la caridad
concreta, no menos en su dimensión de solidaridad para con los más
pobres y con los que sufren”. Al momento de ponerlo “en la sede
pastoral” el Obispo le recordó al párroco que no existe “el presidir” a
no ser que lo vemos como “el servir, el estar al servicio, el ser
promovido a lavar los pies a los discípulos, como la imagen que nos
presenta el Evangelio según San Juan. Esa es una realidad que hemos de
incorporar a nuestra vida espiritual y pastoral, porque es la realidad
más profunda de todo encargo que recibimos en la Iglesia” añadió Mons. Sarlinga.
Cabe
recordar que la ciudad de Capilla del Señor, en el partido de
Exaltación de la Cruz, el 4 de mayo ppdo. ofició como sede diocesana de
las fiestas patronales itinerantes, donde desde hace 7 años se congrega
la feligresía de la diócesis de Zárate-Campana. En el contexto del Año
de la Fe, tanto la Jornada Pastoral como las celebraciones se hicieron
con el lema “Feliz de Ti por Haber Creído”. En esa
oportunidad, ante una asistencia que se calculó en 2.000 personas,
muchos de ellos jóvenes, el obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga,
encabezó la procesión con la imagen de la Virgen de Luján por las
calles de la ciudad, de la que participaron autoridades municipales y
numerosos peregrinos llegados desde otros lugares de la diócesis.
Precisamente en el atrio de la iglesia parroquial, el Obispo presidió la
Santa Misa, concelebrada entonces por 50 sacerdotes. La “Jornada
pastoral” (de Caritas, Catequesis, Pastoral carcelaria, Juventud
universitaria y trabajadora, y otras áreas) dejó un influjo notable en
la misma Capilla del Señor, que se prepara con sus grupos apostólicos
para la “Misión Joven”, acontecimiento que incorporará a Exaltación de
la Cruz como el último anillo de conjunción del “Septenario
Patronal-Misional-Juvenil” que surgió del Plan Pastoral diocesano.
Al término de la Misa el Padre Pablo
Iriarte dirigió unas emotivas palabras, y luego el Obispo pidió a todos
los sacerdotes que se unieran a impartir la bendición solemne, que en
este Año de la Fe tiene indulgencia plenaria en la iglesia de la
Exaltación de la Cruz.
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