El día 4 de septiembre tiene lugar en nuestro país “el día del inmigrante”, y desde tres años atrás en la diócesis de Zárate-Campana se lo celebra con distintos actos y la culminación con la eucaristía, el sábado más cercano por la tarde. En este año 2012 ha sido el día sábado 8 de septiembre cuando las comunidades pudieron disfrutar de distintos actos típicos, y a las 19 fue celebrada la Santa Misa, presidida por el Sr. Nuncio Apostólico de Su Santidad, Émil-Paul Tscherrig, concelebrada por Mons. Oscar Sarlinga y 25 sacerdotes. Estuvieron presentes el secretario general de la comisión episcopal de migraciones y turismo, P. Flavio Lauría, el capellán nacional para la comunidad boliviana, el director del Apostolado del Mar, y el secretario de Nunciatura, Mons. Robert Murphy. El Seminario diocesano “San Pedro y San Pablo” participó de la celebración, junto con sus formadores, entre los cuales el rector, Mons. Santiago Herrera, vicerrector, Pbro. Hugo Lovatto, y el prefecto, Pbro. Fernando Fusari. El cura párroco, Pbro. Albino Cabral, y el rector de la iglesia, Pbro. Mauricio Aracena estaban también presentes, así como el delegado episcopal para los migrantes e itinerantes, Pbro. Alfredo Meóniz, entre otros numerosos. Se contó también con la presencia de diáconos permanentes, y de numerosas religiosas, entre las cuales la comunidad de Mater Dei, establecida en Ing. Maschwitz (partido de Escobar).
La diócesis de Zárate-Campana ha venido haciéndose eco la realidad de la migrancia y la movilidad humana en la zona de influencia, en primer lugar por ser nuestro pueblo argentino una conjunción de pueblos originarios, inmigrantes venidos de Europa, y de países latinoamericanos hermanos, en especial en lo que a éstos se refiere, paraguayos, bolivianos, siendo éstos últimos particularmente numerosos en la región de la Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires, y en la diócesis de Zárate-Campana especialmente en los partidos de Escobar y Pilar, aunque el fenómeno va extendiéndose cada vez más a Campana y a Zárate. A los fines de una mejor atención pastoral y promoción humana integral, fue creada en el año 2008 la delegación episcopal de Migrantes e Itinerantes, primeramente para la inmigración desde vecinos países, y también porque dichos partidos tienen una ingente movilidad humana de fines de semana, propia del “corredor Norte” de la autopista Panamericana, en sus dos ramales.
En este contexto, la ciudad y partido de Escobar es como un emblema de la movilidad humana y la inmigración, donde descendientes de los pueblos autóctonos, de españoles, portugueses, italianos, japoneses (quienes trajeron la floricultura intensiva, proseguida por los bolivianos), paraguayos, bolivianos (de las distintas regiones del estado plurinacional de Bolivia) y tantos otros, que conviven en paz y miran a un futuro esperanzador, con un sentido integrador, sin perder sus riquezas culturales que les son propias. Muchos de estos inmigrantes y descendientes son católicos, algunos de práctica frecuente, otros más alejados, a los cuales ha de referirse de modo preferencial nuestra actitud de “nueva evangelización”.
Son estos los motivos por los cuales el Obispo Mons. Oscar Sarlinga ha querido que la iglesia concatedral de Belén de Escobar sea un lugar de culto y de hermandad, que represente a todos estos pueblos, unidos como pueblo argentino, generoso y esperanzado
A estos fines, contando con el antecedente de la prexistente devoción a la advocación del “Buen Ayre” o “Bonaria” de la Santísima Virgen en la ciudad de Belén de Escobar, el Obispo hizo colocar en 2010 una artística talla de la Virgen María, en dicha advocación de Nuestra Señora del Buen Ayre, con la cual la Virgen María es patrona universal de los navegantes, y que el Obispo extendió en la diócesis a los migrantes e itinerantes. La venerada imagen se encuentra en la capilla lateral de la iglesia cocatedral, donde también descansan los restos de la fundadora de Escobar, Doña Eugenia Tapia de Cruz.
Al momento de la procesión de ingreso la banda musical de instrumentos de viento (formada por jóvenes), de “María Madre Nuestra” ejecutó “Alabado sea el Santísimo”, y al término de la misa ejecutaron varias piezas ante el atrio de la iglesia. El Sr. Nuncio Mons. Tscherrig tuvo una excelente homilía, en la que agradeció al Sr. Obispo la invitación, manifestó su alegría por estar en la diócesis, y ver a tantas colectividades de inmigrantes representadas, tantas familias, jóvenes y feligresía local, que colmó por completo la iglesia concatedral, el templo más grande de toda la diócesis. Mons. Tscherrig manifestó un acabado conocimiento de la realidad inmigratoria local, de la realidad pastoral, hizo referencia a las lecturas bíblicas del domingo correspondiente, a la “Nueva Jerusalén”, y llamó a un renovado “effetà” en la evangelización, haciendo un llamamiento especial al laicado. De entre todas las colectividades presentes, la sociedad suiza de Baradero (la ciudad que tiene una proporción notable de inmigración de origen helvética, en especial de los cantones de Fribourg y del Valais) presentó ofrendas y posteriormente a la ceremonia homenajeó de modo especial al Nuncio, y lo invitó cordialmente a visitar esa ciudad. El Itendente Municipal entregó al Sr. Nuncio la resolución que lo declaró “huésped ilustre” de Escobar y se congratuló de su presencia.
Al concluir la celebración, el Nuncio, el Obispo y los concelebrantes se detuvieron ante la imagen de la Virgen, “del Buen Ayre” para un cántico de salutación, luego de lo cual el Sr. Nuncio recorrió la nave central, bendiciendo y saludando a todos y a cada uno. Luego del descubrimiento de una placa alusiva en el muro frontal del templo, con el acompañamiento del Intendente Munciipal, prosiguió un ágape fraterno en instalaciones del colegio “Santa María”, que perduró hasta las 23.30.
En sus palabras al término de la celebración eucarística, el Obispo diocesano Mons. Oscar Sarlinga dijo:
“Amados hermanos, hermanas, de nuestra querida diócesis:
Clamamos con el corazón: “Todo es Providencia” porque en esta jornada de la celebración del día del Inmigrante, hoy, en la iglesia de la Natividad (Navidad) del Señor Jesús, Luz de Luz, el Evangelio nos narra la curación del sordomudo, y por ello pedimos a Jesús-Luz que abra nuestros ojos, nuestros oídos, nuestro corazón, que desligue toda mudez. Que nuestro corazón “se abra” como una mística flor, como “flor” es el espíritu de esta comunidad escobarense, en la ciudad llamada “Capital Nacional de la Flor”, por cuya fiesta anual, surgida del trabajo de los inmigrantes, es conocida en el país y el mundo.
También como dijo hoy la Escritura, levantamos los ojos, “bien abiertos”, al Cielo, al “Padre de Amor”, y damos gracias, por la presencia del Sr. Nuncio Apostólico, S.E. Mons. Emil Paul Tscherrig, representante del Santo Padre Benedicto XVI. Ha venido acompañado por Mons. Robert Murphy, secretario de Nunciatura, a quien también saludamos. Agradecemos al Sr. Nuncio por estar hoy en nuestra querida diócesis, con su presencia afetuosa, que nos confirma en la fe de Pedro, con su modo a la vez paterno, testimonial, pastoral.
Es la ocasión, pienso, para recibir, nosotros, como comunidad diocesana, de parte del Señor Jesús, un renovado “ephphatà”, “ábrete…”. Ábranse nuestros oídos, deslíguese nuestra lengua, desde una renovación interior en el Espíritu, de nosotros y nuestras comunidades, con espíritu de confianza en la fuerza de Dios, en su poder salvador, dejando de lado todo temor o mudez del alma, como nos afirma San Pablo (Cf. carta a Tito, 3.14). Reasumamos cada día el compromiso de una renovada evangelización, en la misión, en la caridad concreta y obrante, también en su dimensión social o solidaridad concreta, en la educación promocional social y en la colaboración a construir la paz.
Gracias también por la presencia del Sr. Intendente Municipal, Don Sandro Guzmán; valoramos el sentido institucional de su gesto y lo vemos en el marco de la “amistad social” que pregona la doctrina social de la Iglesia. También en la amistad social se halla presente la sociedad israelita de Campana, que nos acompaña todos los años: gracias ¡ésta es también su Casa!.
Ya tan cercanos a la apertura del Año de la Fe (que en diócesis haremos el 12 de octubre en Pilar) queremos que Jesucristo, plenitud de la Revelación, abra nuestro corazón, a la fe pensada y vivida, al contenido de la fe en su plenitud. Me vienen a la memoria unas palabras del Santo Padre Benedicto XVI, que les comparto: “Naturalmente, la fe tiene que ser nuevamente pensada y, sobre todo, vivida, hoy, de modo nuevo (…) Ahora bien, a ello no ayuda su adulteración, sino vivirla íntegramente, en nuestro hoy (…) No serán las tácticas las que nos salven (…) sino una fe pensada y vivida de modo nuevo” (Benedicto XVI, Discurso en el Encuentro con los Evangélicos, en Erfurt, Alemania, el 23 de septiembre de 2011).
Por ello, bienvenidos hoy a todos, “e pluribus unum”, de la pluralidad a la unidad de la fe y del amor, y gracias por la amorosa participación, que nos hace “Casa y ·Escuela de Comunión”
Gracias al cura párroco, Pbro. Albino Cabral y al rector de la iglesia concatedral, Pbro. Mauricio Aracena.
Un afectuoso reconocimiento al laicado presente, sociaciones de fieles, asociación Scout católica (tan numerosos, tan jóvenes, que nos han acompañado y guiado) a los grupos de oración y de cenáculos, a los grupos de “piedad ecuménica” de la diócesis, a los laicos de Justicia y Paz, a los representantes de Caritas, quienes junto con la catequesis procuran que la pastoral de migrantes e itinerantes se inserte cada día más en la “pastoral ordinaria” de las parroquias, al coro parroquial de la Natividad del Señor, que “cada día canta mejor”, a la banda musical de vientos, “María Madre Nuestra”, tan excelente, a las autoridades educativas y alumnos de algunas de nuestras escuelas, que han querido asistir hoy, a todos, a tantos jóvenes, familias, fieles provenientes de los barrios, a los voluntarios de los medios de comunicación que han querido participar y transmitir, de Telerred, de Es.Pi.Ar, de distintas radios FM y medios gráficos, vaya para ustedes una cariñosa bendición.
Cómo no mencionar en especial al queridísimo Seminario “San Pedro y San Pablo”, sus formadores, los seminaristas, que hoy nos acompañan, que sigan siendo testigos visibles del Amor de Cristo. Gracias en especial a la Delegación de Migrantes e itinerantes, con el Pbro. Alfredo Meóniz y los laicos, a la Delegación de Misiones, con Mons. Marcelo Monteagudo y los laicos, y el colegio “Santa María”, por su invalorable colaboración.
Mis repetos a las autoridades consulares, al vicecónsul italiano de Campana, al presidente de la Casa de la Unión Europea, de Zárate, a autoridades de Prefectura y al Prefecto de la Base Naval de Zárate, a las delegaciones de migrantes italianos, portugueses, españoles, suizos, japoneses, peruanos, ucranianos, y muy en particular a los entrañables hermanos y hermanas bolivianos, sea potosinos (muchos de los cuales hablan quechua, junto con el castellano), o de origen aymará, o de otras regiones de ese estado plurinacional, a los hermanos y hermanas del Paraguay, que tienen en esta diócesis un responable pastoral para ellos y sus descendientes, a todos.
Unidad en la fe, Amor mutuo, salud de la Iglesia, de esta Iglesia convocada y convocante, que tiene como “Estrella que nos guía” a la Virgen, Madre de Dios, Madre de la Iglesia. Que Ella nos cuide, que nos tenga de la mano, que nos tenga fuerte de la mano, que no nos deje, nuestra Madre, que nos lleve a Jesús, “Estrella brillante de la mañana”. Amén.